Miro el espejo y descubro que la carcasa a desaparecido, que la mascara se ha caído y que el niño frágil esta de nuevo presente en mi mirada. Veo tristezas y dolores del pasado, revivo sufrimientos que marcaron mi existencia, y las lágrimas inician su recorrido por mi rostro.
Hoy descubro lo infeliz que sido al intentar ser alguien que no soy, al intentar ser fuerte cuando en realidad soy un niño asustado que se esconde detrás de este cuerpo de adulto que no quiere ser. Hoy más que ayer siento la necesidad de dejar este cuerpo y partir al mundo de la felicidad. Miro el espejo y la imagen es borrosa, ya no veo el chico fuerte y arrogante que afrontaba las situaciones difíciles, ahora solo puedo distinguir los ojos aguados de un chico indefenso que busca un abrazo.
Gaharha
Fantasías que se escriben 